domingo, 28 de diciembre de 2008

FESTIVAL LA DIGNA RABIA


El Primer Festival Mundial de LA DIGNA RABIA


Se realizará del 26 al 29 de Diciembre en la ciudad de México; 31 de diciembre y 1 de Enero en el Caracol Zapatista de Oventic Chiapas; y el 2, 3 y 4 de Enero San Cristobal de las Casas, Chiapas


Contará con la participación de personalidades, grupos colectivos y organizaciones de distintos países además de México como Argentina, Inglaterra, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Chile, Brasil, Colombia, entre otros.


Con una serie de conferencias magistrales y diversos talleres en la ciudad de San Cristobal de las Casas, Chiapas; se celebrará los días 2, 3 y 4 de Enero el primer Festival Mundial de La Digna Rabia





"Tanta es la rabia que tocamos y tanta la dignidad que encontramos que pensamos que somos más pequeños todavía de lo que creíamos.

En México y en los 5 continentes hemos encontrado lo que intuíamos cuando iniciamos éste nuestro sexto paso: hay otro mundo, hay otro camino.

Si la catástrofe que se avecina puede evitarse y la humanidad tiene otra oportunidad, será por esas otras que, abajo y a la izquierda, no sólo resisten, también esbozan ya el perfil de otra cosa".



Puedes visualizar la invitación en video





Saludos y estaremos por alla.






http://www.ezln.org.mx/

martes, 9 de diciembre de 2008

TEOLOGIA DE MULTITUDES



Sentada en espera de que el semáforo cambiase de color pronto me sentí invadida por una serie de “camionetitas” (cuya publicidad no es ahora su importancia) que peregrinaban por una de las avenidas más transitadas. ¡Tan, tan, tan tan tan! ¡Que viva, que viva, que viva nuestra madre!

En ese momento me acordé del discurso que muchos han expresado sobre los plantones de Reforma de AMLO hace un par de años, definitivamente vivimos en el país de las curiosidades. Está justificado, como acto de fe, que millones de mexicanos desde semanas anteriores al 12 de diciembre invadan las calles, cierren avenidas, hagan tumultos, toquen tambores, hagan fanfarria, armando un tremendo caos pero sin embargo, que un hombre manifieste injusticias, alce la voz y haga un llamado para la defensa de lo que nos pertenece es signo de incompetencia humana, él atenta contra los derechos de muchos ciudadanos, los “guadalupanos” en cambio no lo hacen.

El hecho es, como lo señala Monsiváis (1995) “Aquí se exhibe lo ocultado el resto del año: el país sin acceso a la modernización por contagio.”

Más en palabras de dicho autor sobre este fenómeno mexicano lo señalo a continuación:

Inventario a modo de letanía

“Ayúdanos. Mira a este tu pueblo. Si tú no intervienes, ¿Quién va a hacerlo? Sácanos del hoyo, Patroncita. Te ofrecemos lo que hay: los rostros inexpresivos a fuerza de tan reveladores, las pencas de nopal en las rodillas, los pies que sangran delatando los kilómetros de zarandeo en la aflicción, la vista extraviada en las ayudaditas del trago, el impulso danzante hasta el confín del próximo mediodía…No hiciste igual con ninguna otra nación, Virgencita tú acompañaste al libertador Miguel Hidalgo, tú derrotaste a la extranjera Virgen de los Remedios, tú no te separaste de Emiliano Zapata, tú refulges en las paredes desnudas y te dejas adorar en estanquillos y refaccionarias y en los caminos y en los camiones, y en las chozas habilitadas de vivienda popular, y en las residencias en la sección del arte virreinal…Danos una mano, mira que el salario mínimo es una burla y acaban de aumentar la gasolina, las tortillas, el azúcar, los frijoles, el aceite”

“Y qué decir de la guadalupana..

Aunque aquí en México no se tenga monarquía, ella es la reina de México, porque es india.

Es el elemento pacificador en la cristianización de los nativos y en la mexicanización de la fe, es el gran depósito reverencial de los mexicanos que emigran, es la concesionaria del sitio de honor de recámaras, sindicatos, tabernas, camiones de carga… en el siglo XXI en la guadalupana se concentran las vivencias de marginalidad y el desgarramiento, en ámbitos donde el mexicano es sinónimo de orgullo recóndito o de inocencia sin protección.

Ella, presente en la infancia de cada mexicano, es el paisaje de las convicciones tutelares, el signo de la normalidad en la pobreza, el pretexto formidable para ejercicio de la intolerancia. “

Monsivais (1995), Los rituales del caos, México, Edit Era