miércoles, 8 de abril de 2009

Liberalismo y las migraciones


Opinión del texto: El emergente Estado migratorio de James F. Hoilifield[1]

Las migraciones son la consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos de los diversos Estados, actualmente la mayoría liberales, la migración internacional va de la mano con el comercio y se incremento después de la Segunda Guerra Mundial con el crecimiento de las fuerzas de mercado de países industrializados y principales ejecutores de una hegemonía económica, social y cultural.

En nuestros días se da mayor prioridad a la cuestión de ganancia, el capitalismo dominante señala que el comercio y el crecimiento económico es vital para la estructura del Estado, si bien los Estados dentro de su territorio, tiene que generar las condiciones aptas para que los mismos integrantes puedan desarrollarse dentro de él; el liberalismo a su vez propicia las facilidades para que se desarrollen industrias, crezcan las oportunidades de empleo y atraigan las miradas internacionales.

Con la necesidad de mano de obra después de la segunda guerra mundial se dio una apertura a la migración internacional, se establecieron convenios y se permitía que cierta cantidad de pobladores viajaran de un país a otro, el sistema capitalista pedía trabajadores como si fuesen insumos en la manufactura, en esa época señalo el novelista suizo Max Frisch: “pedían trabajadores, pero llegaban seres humanos”. Los migrantes no son un insumo, o un objeto, por tanto pueden y deben adquirir derechos, especialmente al amparo de las leyes y las constituciones de los estados liberales, los cuales conceden a los migrantes el derecho al debido proceso e igual protección ante la ley.

Este liberalismo basado en derechos, otorga cierta protección a la gente que migra para sobrevivir ante los constantes embates del sistema capitalista, las organizaciones de las Naciones Unidas, prevé estas situaciones y convoca a tratados, a aceptar a refugiados políticos, bajo el principio de no rechazo (non refoulement). Siempre y cuando se respete la libertad de cada país, ningún otro Estado puede obligar a otro a aceptar a personas dentro de su territorio.

Debido al incremento de migrantes, los Estados comenzaron a contraerse para salvaguardar su soberanía, estos al tratar de cerrarse coinciden en crear políticas internas para proteger a sus ciudadanos y así es cuando comenzaron diversos Estados liberales a regular las migraciones. Aunque economías de países menos desarrollados se benefician del envío de las remesas, han hecho hincapié del beneficio de regular estas migraciones, por ello países como Estados Unidos otorgaba a los empresarios derecho de contratar extranjeros capacitados y realizan convenios para atraer profesionistas calificados, así ocurren situaciones como en México que hay una fuga de talentos.

“El éxodo de talentos mexicanos –el cual asciende a 575 mil profesionistas– ha costado al país más de 100 mil millones de pesos, cantidad cuatro veces mayor al presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reveló el subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán”[2]

A mayor crecimiento económico en estados liberales desarrollados, mayor atracción de miradas internacionales y por lo tanto de migrantes. Actualmente los estados liberales hegemónicos intentan regular este transito de migrantes, y sus modelos resultan en ocasiones, la pauta para que sean reproducidos en economías menos desarrolladas; sin embargo no se puede dejar de lado que en ciertos países donde ha incrementado el número de migrantes extranjeros comienzan a darse casos de grupos xenofóbicos organizados y unificados para crear políticas en contra de incrementar la migración de estados a otros.

La cuestión aquí es que esta regulación y comunicación que pudiese darse de un estado a otro, puede beneficiar no sólo a una economía sino que se pueda crear conciencia clara sobre lo nocivo que es seguir bajo un sistema capitalista que actualmente ha denotado fallas estructurales de gran renombre y provoca que estas migraciones aún así reguladas y legisladas no otorguen beneficios para ninguno de los interesados.

La creación de políticas deben situarse de acuerdo a una congruencia en el desarrollo de nuevos modelos económicos que no solo comprendan las ideas de: compra-venta, el transito de insumos, la manufactura industrializada, la acumulación de riquezas para un pequeño grupo de poder; sino que se piense y se trate de estructurar en un desarrollo económico interno y el de la comunidad.

Pensar en optar en un desarrollo diferente al de un liberalismo único y hegemónico en donde se generan condiciones de desigualdad, es vital para que se pueda regular efectivamente el transito de migrantes, y la libertad que tienen estos para que puedan desempeñarse satisfactoriamente en cualquier Estado al que lleguen. Pensar, desarrollar y llevar a cabo políticas para el beneficio de la comunidad que integra el Estado sería el principio para creer que otra realidad es posible y que no sólo existe este sistema actual como lo conocemos.



[1] PORTES Alejandro, DeWind Josh, Repensando las Migraciones. Nuevas perspectivas teóricas y empíricas. México 2006
[2] “Pierde México más de $100 mil millones por la fuga de cerebros”, Periódico La Jornada, martes 3 de marzo de 2009.

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